La estatua tiene la misma proporción de lo grotesco y lo hermoso, al instruir a Lucifer como una criatura obscura con unas inmensas alas blancas construídas con plumas reales. Procura expresar su origen puro y como su caída a la tierra se pasa como mucho obscuro del ser.
Desde su cibersitio logramos hallar como es un artista que no deja indiferente a nadie con sus esculturas y proyecciones que tocan todo tipo de temas, incluso alguno sensible como sentar a Jesucristo en una silla de madera con la corona de pinchos en su cabeza. Lo que no se conoce es la intención real de Fryer para esta estatua y su ubicación en esta iglesia. De cualquier manera, debemos comprender que no es la primera vez que este espacio ha servido para otras exposiciones lúgubre como aquella en la que aparecía un mono crucificado en el centro de la iglesia. Pero lo que puede dar aun mucho más la sensación de tenebroso es en el lugar donde se encuentra levitando gracias a esos cables que mantienen a la escultura y que están conectados a las vidrieras de nuestra iglesia. La pieza, titulada como «Lucifer», es una escultura que representa al demonio enredado en un conjunto de cables.