Pinturas De Klimt Para El Techo Del Aula Magna De La Universidad De Viena

La Galería Belvedere , que acoge este verano la exhibe «Klimt y la Ringstrasse» (el artista comenzó como pintor de interiores en edificios públicos de esta avenida), es el sancta sanctorum que ningún amante de este artista debe perderse, pues cuelgan en ella las proyectos más insignes de Gustav Klimt. Es la situacion de dos iconos de su temporada dorada , «El beso» y «Judith I» , pura sensualidad. Forman parte a la etapa en que el pintor ormanenta sus creaciones con pan de oro –su madre y su hermano eran grabadores de oro–. En conjunto, mantiene 24 pinturas del artista (la mayor colección de todo el mundo). Próximo destino, el Museo Leopold, en el vecindario de los museos , una región que ha revitalizado por completo la localidad.

En 1894, el Ministerio de Cultura la ocupa la realización de tres pinturas para ornamentar los techos de la Universidad de Viena. Para esto, concebió tres cuadros que llevarían por título Filosofía, Medicina y Jurisprudencia, inspiradas por el cosmos de Wagner, Shopenhauer y Nietzsche. Gracias a este modo de entender la pintura, que va desde lo físico a lo metafísico, sin límites precisos, cubierta en una gran nube de sensualidad, es tachado de disparatado y pornográfico.

Retrato De Adele Bloch-bauer I Gustav Klimt 1907 Neue Galerie, Novedosa York

El programa redacta las canciones, las canta y hace los arreglos instrumentales y las mezclas finales. El resultado es increíblemente similar a los originales, tanto que creó cierto revuelo por los problemas legales y éticos que piensa esta tecnología. Años antes, en 2016, otra inteligencia artificial creó desde el princípio un cuadro imitando el estilo del profesor de los Países Bajos. El entrenamiento de esta IA duró 18 meses en los que se le enseñaron cientos y cientos de cuadros con los que aprendió la forma de tratar la luz, el tipo de ropa o el estilo de la pincelada típico de Rembrandt. Un equipo del Laboratorio de Arte y Cultura de Google+ adjuntado con expertos del Museo Belvedere ha decidido echar mano de una IA (inteligencia artificial) para que resuelva ese misterio y mostrar al planeta estas obras en color.

Con toda esta información, el algoritmo fue capaz de interpretar y emular el estilo del pintor y aplicarlo a las imágenes en blanco y negro. Por servirnos de un ejemplo, algunas crónicas periodísticas hablaban de que Klimt usó en Jurisprudencia víboras doradas en el pelo. El algoritmo ha podido imaginarse el tono de dorado que usó el artista pues empleó ese mismo recurso en otro cuadro de la época llamado \’Beethoven Frieze\’.

Judit Y La Cabeza De Holofernes Gustav Klimt 1901 Belvedere, Viena

La mayoría de los turistas acuden a la localidad atraídos por la figura de Sissi y sus suntuosos palacios, como Schönbrunn y Holfburg , pero este viaje por el modernismo, el Art Nouveau y el Art Déco no defraudará a nadie. Periodista, lectora, viajante y apasionado del arte, el queso y el crossfit . Mucho más de 15 años contando historias de viajes y personas y, desde 2018, articulista jefe de Cerodosbé/Tendencias. Después, haciendo un trabajo sobre las imágenes en blanco y negro, el algoritmo predijo el color de cada parte. El aprendizaje automático se considera un subcampo de la inteligencia artificial que, a partir de modelos estadísticos, efectúa tareas específicas sin emplear instrucciones explícitas, sino más bien basándose en patrones que se crean a través de procesos de ensayo y error. Solo se conservaban algunas fotografías blanco y negro, merced a las que en 2021 una colaboración entreGoogle y elMuseo Leopoldde Viena, consiguieron reconstruir los colores a través de IA (inteligencia artificial).

Una inteligencia artificial le devolvió el color a estas obras perdidas de Klimt. En este caso se disponía de otras 80 pinturas del artista para que la máquina pudiera ‘aprender’. Como indicador, según Google plus se precisan unas 5.000 imágenes para aprender un objeto, con lo que 80 no era un número bastante. Una vez reunida toda la información posible en relación al color en las piezas, se desarrolló un algoritmo que pudiera procesar esa información para restaurar las pinturas hoy en dia. Después se buscaron las figuras y las causas que aparecen en estas obras en otros cuadros de Klimt.

“La reconstrucción de los colores es sinónimo de admitir el verdadero valor y la importancia de estas resaltadas maravillas artísticas”, afirma Smola. Gustav Klimt Vestido con túnicas y sandalias, tendió la mano al escándalo y la provocación en la Viena del cambio del siglo XIX, en el momento en que la capital austriaca era entre las ciudades de europa mucho más esenciales –y recatadas– del momento. Gustav Klimt (1862–1918) mostró predilección por la sensualidad, el erotismo y la figura femenina en su pintura, pero cruzó la línea de lo considerado por entonces decoroso.

La Sabiduría Artificial, que hace poco nos sorprendía completando la inacabada Décima Sinfonía de Beethoven, regresa a sorprender, esta vez recobrando tres pinturas demolidas de Gustav Klimt. En 1888, gracias a sus trabajos en el auditorio del Teatro Burg, en Viena, Klimt recibió la Orden de Oro al Mérito de manos del mismísimo emperador Francisco José I, y se convirtió en integrante honorario de las universidades de Múnich y Viena. Estos galardones contribuyeron a mejorar notablemente la economía del artista, que pudo tener un tren de vida mucho más holgado tras la desaparición de su padre y de su hermano Ernst en 1892.

pinturas de klimt para el techo del aula magna de la universidad de viena

Tras reconstruirse a partir de fotografías de temporada para el Año Klimt ( en 2012 se celebró el 150 aniversario de su nacimiento ), se abrió al público. El segundo gran encargo que recibió en Viena la Compañía de Artistas fueron los frescos en el techo de las dos escalinatas del increíble Burgtheater (Universitätsring, 2) , que brindaron vida sus miembros entre 1886 y 1888. Sobre la escalera principal –en el ala Landtmann– Gustav Klimt reprodujo el antiguo Teatro de Taormina en un célebre fresco. En otro ala recreó el shakespereano Globe Theatre de Londres con la escena final de «Romeo y Julieta». Fue tal el éxito que fueron galardonados por el emperador Francisco José .

El Gobierno austriaco aplaca la situación pero al unísono veta a Klimt como profesor de la Academia y concede la plaza a uno de sus más fieros críticos. No obstante, se aplicaron otros algoritmos complementarios, tal como 1 millón de imágenes de todo el mundo real, siempre guiados por la investigación de Smola (por ejemplo, para colorear de manera directa un objeto tal y como se había descrito inicialmente). Para ello se juntaron toda clase de especificaciones de las proyectos, tanto en novedades, catálogos de exposiciones e, aun cartas. Entre ellas se leían comentarios como “Un infierno de gran lujo, donde los instrumentos de oro de tortura están incrustados con diamantes y los mártires sangran rubíes” del escritor y periodista Ludwig Hevesi, sobre la llamada Jurisprudencia. Solo subsistieron fotografías en blanco y negro, entre ellas las tomadas por Moritz Närh, un fotógrafo austriaco muy próximo, como el mismo Klimt, al movimiento de Secesión de Viena. De hecho, entre sus trabajos más conocidos están los retratos del propio Klimt, además de los de Gustav Mahler y Ludwig Wittgenstein.

Un Recorrido Por La Viena De Gustav Klimt

Ese año, asimismo falleció el padre de Klimt, de un ataque de apoplejía, la enfermedad que asimismo llevaría al pintor a la desaparición. En la década de los noventa, la rebelión contra la tradición, que comenzó en la literatura, llegó hasta el arte, Klimt se transformó en el líder del movimiento Die Jungen, que procuraba romper con los imperativos académicos en beneficio de una actitud más abierta y experimental en la pintura. En 1897, él y un conjunto de amigos fundaron la Secession de Viena, y una exclusiva revista, “Ver Sacrum”. En escaso tiempo pasó de ser un integrante mucho más del sistema a un héroe de la vanguardia.

Tras el fallecimiento de su madre en 1915, y tras haber sufrido un infarto, una neumonía y una gripe, Klimt murió el 6 de febrero de 1918. En su lecho de muerte, el pintor preguntó por Emilie, la mujer con la que jamás deseó casarse pero con la que compartió su vida. Klimt dejó en su taller un número considerable de obras inconclusas, muchas de las cuales fueron confiscadas años después por los nazis.