Es en ese instante en el momento en que sabemos que perdimos el control y que decir la verdad puede conllevar consecuencias negativas. Cuando no somos capaces de decir la verdad por temor a una reacción extraña, tendemos a engañar. “Si conseguiste engañar a una persona, no significa que sea imbécil, significa que confiaba en ti mucho más de lo que te merecías”.
Con viento de popa y todo el trapo desplegado, el bergantín español se echó encima de los calaveras, que rondaban aquellos pagos para poder ver que podían “levantar” a los lugareños o embarcaciones despistadas que por allí circularan. El guardacostas de la Corona De españa, La Isabela, cuyo capitán era Juan León Fandiño, les echó el guante a aquellos \’hooligans\’, que se las prometían felices en su rutina de siempre, que no era otra que la práctica de la cleptocracia elevada a la categoría de excelencia. Pero el capitán que asaltó a los sorprendidos ingleses tenía muchas tablas y se montó un taconeo antológico en la cubierta de la nave anglosajona. Quizá, en algún instante de nuestra vida, hemos “soltado” una pequeña mentira para no quedar mal. No obstante, con el tiempo se fué haciendo poco a poco más grande.
“Creo que todo ha de estar a disposición de todo el mundo; me refiero al LSD, cocaína, codeína, hierba, opio… Nada en la tierra disponible para todo el mundo debe ser confiscado e ilegalizado por otros en situaciones de sobra poder”. Si bien nació en Andernach, Alemania, Bukowski desarrolló su obra literaria en Estados Unidos, y más en concreto en Los Ángeles, una ciudad donde se respiraba un aire de decadencia. De hecho en 1986 la gaceta TIME ha dicho de él que era el “laureate of American lowlife”, o sea, el “laureado de los bajos fondos de Estados Unidos”.
¿De Qué Manera Nos Pueden Perjudicar Las Patrañas?
Esta era una nave muy en boga a inicios del siglo XVIII, caracterizada por una obra viva que la dotaba de gran seguridad, proa de cuchillo y un equilibrio muy logrado entre la aptitud de destrucción y la velocidad punta, que hacía de estas embarcaciones armas letales para su pequeña entidad y casco achicado más allá de su enorme capacidad de maniobra. Hasta 20 piezas de artillería y cerca de cien marinos cobijaban las 150 toneladas de movimiento estándar de estas ágiles naves. Construidas en los astilleros de La Habana y bien conducida por un marino de altura, eran una auténtica pesadilla en los asaltos sorpresa. Es bueno saber que un mentiroso patológico no tiene control sobre lo que afirma y tampoco sobre los efectos que sus falacias causan en los otros. Las patrañas son extendidas, desmedidas, persistentes y la mayor parte de ellas, espontáneas y poco meditadas. Es hora de preguntarse si preferimos decir la realidad y enfrentar una situación incómoda o sostener una o múltiples patrañas a lo largo del tiempo.
“Si conseguiste engañar a una persona, no quiere decir que sea imbécil, quiere decir que confiaba en ti más de lo que merecías”. Si lograste engañar a una persona, no quiere decir que sea estúpida, significa que confiaba en ti mucho más de lo que te merecías. El 1731 fue un año aciago en el que Inglaterra se ha podido eludir una de las mayores humillaciones de su crónica, de no haber sido por el empecinamiento de un corsario agraviado en lo mucho más profundo de su ego por un capitán español embarcado en un veloz bergantín.
Oraciones Cortas Sobre La Mentira
Muchas veces, el riesgo que se corre al engañar, ya no es sólo la patraña en sí, sino no te vuelvan a opinar. La pérdida de credibilidad bastante complicada de restablecerse, así, antes de mentir, mejor saber que las mentiras tienen las patas cortísimas. Desde que somos pequeños nos dijeron que si mentimos “nos crecerá la nariz como a Pinocho” y que es un pecado muy grande no decir la realidad. No es extraño que cuando medramos, abracemos la teoría de que una pequeña patraña “no le hace daño a nadie” y y que vayamos de a poco y sutilmente mudando nuestra definición enserio. Quizás a nosotros por el momento no nos engañen, por el hecho de que les conocemos desde hace ya tiempo.
Suscribierse ahoraAcepto los términos, condiciones y la política de privacidad. Hay personas que tiene la mentira por costumbre, de hecho, prácticamente por estadística todos conocemos a una. No acostumbran a admitir que tienen este hábito en tanto que está condenado socialmente, pero la verdad es que lo han perfeccionado con mucha práctica. Además, internamente comprenden que la mentira puede ser un recurso, igual de válido que otros, cuando no daña a absolutamente nadie si no es descubierta.
Otras, dependiendo del agraviado, ocurre que se magnifica lo banal hasta transformarlo en “casus belli”. Sea como sea el pretexto, en multitud de oportunidades los desenlaces han sido catastróficos, desembocando en guerras en toda regla a partir de un accidente trivial. Esta época nos enseña sin rubor lo sutil que es el efecto mariposa y hasta donde nos puede conducir. La persona que te ENGAÑA una vez te ENGAÑARÁ TODA la VIDA, no lo va a hacer como la primera oportunidad, pero te ENGAÑARÁ de diferentes maneras afirme lo que diga.
No obstante, sí tienen habilidad para engañar a quienes terminan de conocer o con las que se encuentran de forma circunstancial. Saben ocultar la cara a fin de que no les delate y saben que una de sus principales aliadas es la ambigüedad. Utrecht había dejado unas heridas con profundas cicatrices que bien pudieron inspirar a Mary Shelley en su genial obra Frankenstein.
La obra de Charles Bukowski está infestada de vínculos con las drogas el alcohol y las mujeres convirtiéndose en uno de los autores mucho más visibles del conocido como “realismo sucio”.
Para intentar concienciar a la multitud de lo dañinas que son las patrañas, hemos recopilado citas que hablan sobre el engaño y las patrañas y oraciones para los mentirosos. Fue un escritor verdaderamente prolífico, con cientos de poemas, y cientos de historias cortas, aunque entre sus obras destacan El cartero , Escritos de un viejo indecente y Música de tuberías . Aquí compendiamos algunas de las mejores oraciones contenidas dentro de sus trabajos, entrevistas y otros escritos. Cerca de las costas de la Florida de españa, en una pequeña ensenada, estaba el trajinado barco inglés Rebeca a sotavento realizando unos arreglos de fortuna tras una tormenta.
El tal Jenkins, un apergaminado corsario del tres al cuarto, oxidado, con mucha roña, barba sembrada de comida atrasada y nula higiene, con una lectura facial que daba para un tratado de teoría gestual, se sabía todas las triquiñuelas de la Biblia de la piratería. Con estas, se vino “parriba” tras el susto inicial, y plantó cara al español. Visto y no visto, Fandiño, en una rápida y magistral finta de espada y a una velocidad sin contestación posible, le cercenó una oreja de cuajo que lo dejó cavilando intensamente sobre la metafísica de la estética. Muchas veces la historia incurre en la exageración del mito o del heroísmo para redimirse de aquello que solo fue un acto casual y sin mayor trascendencia.