Uno regresa siempre, a los viejos sitios, en que amo la vida. Pocas cosas mucho más lindas que celebrar un nacimiento, que siempre es una oportunidad, y la oportunidad es promesa, que nada ni absolutamente nadie se la quite. Si bien no lo parezca, ahora mismo nos encontramos en los sitios que entonces tiraremos de menos, disfrutemoslos. Es periodista de profesión, y autora en desarrollo; colombiana de nacimiento pero ciudadana del mundo; lectora obstinada, de vez en cuando poeta, loca, tierna, callada, fría…
Uno siempre y en todo momento vuelve para ilusionarse con algo, para probar que podría ser capaz de hacerlo. Absolutamente nadie puede no estimar ser feliz, este deseo pertenece a la persona; pero para ser feliz uno debe adecuarse a su naturaleza, ser lo que verdaderamente está llamado a ser, aquello para lo que ha sido desarrollado. Esas son las referencias, las simples cosas que la Fraternidad debe sostener y mantener.
Las Sencillos Cosas
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En ocasiones hay que guardar quimeras de amor como un tesoro, ya que ese sentimiento que jamás fue completamente en su instante, va a ser genuino toda la vida por ser inacabado. Si queremos ayudar a otros hay que suministrarles elementos, educarles a que aprendan a reflexionar; a tener método sobre sí mismos; sobre el bien y el mal; a utilizar la libertad para acomodarse a la razón; a poner en una situación comprometedora la libertad con el Bien existente . Ver la vida de Fraternidad no como restricción, sino más bien como encuentro de vida y independencia. Uno vuelve siempre a los viejos sitios, donde amo la vida.
Vivir
Guardar mi nombre, mail y cibersitio en este navegador para la próxima vez que lleve a cabo un comentario. Que el cariño es bien simple, y a las cosas simples las devora el tiempo. Suscribierse ahoraAcepto los términos, condiciones y la política de intimidad. Siempre y en todo momento hay motivos para volver a esos lugares cargados de historias… La mujer que se oculta tras estas letras es más sensible de lo que aparenta y desde pequeña descubrió que redactar sana.
En los hermanos, no amamos sus fallos, sí su independencia. Lo mismo que un árbol, en tiempos de otoño se queda sin hojas. Es como la persona que debe emigrar a la fuerza, la enorme mayoría más pronto o más tarde vuelven a sus racies y sucede que siempre y en todo momento hay untr ocito de ti que te dice que desea vovler. Hay historias que tienen un paseo justo en tu vida y es el justo y preciso. Si te empeñas en que duren mucho más, van a dejar de abrigarte en las noches de gélidos lamentos y angustias, pues su mantón de dulzura se sostiene en su final con secretos libres.
La Hermandad ha de ser el sitio de la esperanza, de la acogida, un lugar al que siempre vuelve, porque «uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida». «Uno regresa siempre a los viejos sitios donde amó la vida yentonces comprende de qué manera están de ausentes las cosas queridas». Y si nos van faltando elementos para tener la imagen completa, para eso está la inteligencia de cierre, para llenarla con recuerdos bonitos, líneas irregulares y las personas que nos siguen quedando. Disculpas vamos a encontrar siempre y en todo momento, pero no permitamos que nada ni absolutamente nadie nos niegue la posibilidad de ser contentos, de hacer nuevos sitios donde amar la vida y que nos permitirán volver. Que nadie ni nada nos separe de ese abrazo que te devuelve a la vida, de esa mirada alrededor encontrando a todos los que quieres cerca.
El Sitio Al Que Siempre Y En Todo Momento Se Vuelve
Los otoños no tienden a ser nuestros, la caída y pérdida, pero, ¿saben qué? Ese regresar no tiende a ser físico, lo que dificulta el regreso, sino más bien un recuerdo al que volvemos como refugio cuando vienen mal dadas, que en estos últimos dos años han venido habitualmente. Volvemos a juegos de niñez, a noches largas sin reposar, a portales poco iluminados, a amaneceres en sitios extraños, a rutas en turismos pequeños, a las primeras o segundas ocasiones, a momentos fugaces y a carcajadas largas, o a silencios largos. Volvemos a todos esos lugares que, como dice la canción, el tiempo desea comer desaforadamente. Esa facilidad para ir olvidando a quien y el qué no nos aportó o aportándonos nos dolió, manteniendo viva la ilusión de volver a los sitios en los que fuimos contentos.
“Las sencillos cosas” es una canción de Chavela Vargas, triste y melancólica, como prácticamente todas las suyas, donde nos ten en cuenta que la «tristeza es la desaparición lenta de las simples cosas. Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón». En el entorno de la Semana Santa y las Fraternidades asimismo existe quien vuelve la vista atrás, buscando sus referencias en recuerdos casi olvidados, que el tiempo fué arrumbando, y «entonces comprende cómo están de ausentes las cosas queridas, porque el amor es bien simple y a las cosas simples las devora el tiempo». Contamos 2 opciones, una fácil y otra que pide más esfuerzo, como siempre y en todo momento. La primera es quedarnos encerrados en los sitios que ya creamos y lamentar que no volverán, lo que agriará nuestras raíces y nos apartará cada vez más de la oportunidad real que nos tocaría vivir. La segunda es almacenar como oro en paño esos sitios a los que sabemos que siempre tenemos la posibilidad de volver, como si fuera un chute de opiáceo, pero explotar al límite las ocasiones que nos broten de hacer nuevos sitios a los que volver.
Ahora ya aprendido que no son eternos, así que por si las moscas es preferible fijarlos a fuego. Cada uno escoge qué hacer con su canción, y va a estar bien, pero siempre y en todo momento hay otra alternativa. A la primera la voy a llamar la opción Chavela, que la canta tan bonito como siempre pero con esa forma de cantar llorado (quién pudiese reír/como llora Chavela), y la segunda va a ser la opción El Cigala, con ese flamenco que llora pero te empuja, con más promesa. Uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó la vida, aun se vuelve a esos lugares en imaginación. Al mordernos las lágrimas ante cualquier recuerdo inesperado.Uno siempre vuelve cuándo quiere volver a estar enamorado, para regresar a sentir lo que se siente.
Retiro Para Matrimonios De Emprendimiento De Amor Conyugal
Las Fraternidades, en este caso sus Juntas de Gobierno, no solo tienen la responsabilidad de gestionar el día a día de la Fraternidad y organizar la cofradía o los cultos, también tienen la misión de contribuir a construirnos, a perfeccionarnos como personas, primero, y como cristianos. Instruir a los hermanos a tener criterio sobre sí mismos; sobre el bien y el mal; a emplear la independencia para acomodarse a la razón; a buscar, conocer y elegir el Bien libremente. A dotarlos, en definitiva, de fundamentos sólidos a fin de que las cosas sencillos de las que venimos comentando no se las lleve el tiempo.
Uno regresa siempre y en todo momento a los viejos sitios donde amó la vida y entonces, comprende de qué manera están de ausentes las cosas queridas», Mercedes Sosa. Uno siempre regresa a los viejos sitios donde amó la vida para ser valiente y para curar heridas sabiendo que tienen la posibilidad de regresar a sangrar otras que dabas por cicatrizadas. Uno vuelve a esos sitios por el hecho de que un momento de plenitud allí vale por millares sucedidos en cualquier parte y por el hecho de que los días no son contentos, los días tienen sentido y por tanto son de una felicidad apoyada. Un individuo vuelve a los viejos sitios donde amó la vida a veces solo para lamentarse de haber dejado pasar su oportunidad. Pero con mucho más pasión que nunca pues pese a todo, la llama prosigue encendida.